Era navidad y aprovechado de que Papa Noel me podía conceder un regalo le pedí el superpoder de leer la mente de las personas.
El día 24 de diciembre en la cena de Noche Buena, cuando todos empezaron a abrir sus regalos yo sentí un cosquilleo en mi cabeza. Miré a mi hermano y en seguida supe lo que estaba pensando ("vaya pedazo de auriculares que me han regalado"), después dirigí la mirada hacia mi madre ("ella estaba decepcionada, habría querido una thermomix pero se tuvo que conformar con una batidora"), mi abuelo tenía cara de extrañeza ("le habían regalado un pendrive y se creía que era un mechero al que no encontraba la forma de encender") y por último mi abuela estaba muy contenta("el regalo eran unas perla que ella tenía muchas ganas de tener").
Así que para alegrar la noche les dije: OS PROPONGO UN JUEGO. ¿ A que soy capaz de adivinaros el deseo que cada de vosotros pidáis para el próximo año?
Se miraron unos a otros y aceptaron el desafío. Dejamos un tiempo para pensar bien el deseo y uno tras uno fuí adivinándoles con mucho detalle los deseos que pidieron. Se quedaron asombrados y preguntaron cómo lo hacía.
Incluso a ti,tú que en este momento me estas leyendo puedo adivinarte lo que mi cuento.
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